Cátedra Perú, foro permanente de la Universidad de San Martín de Porres, que aborda temas que resultan cruciales para el Perú, presentó su sesión LXXXIX denominada: A dos años del Bicentenario, ¿En qué consiste la reforma política en el Perú?, evento desarrollado en la Facultad de Ciencias de la Comunicación, Turismo y Psicología de la USMP.
Las palabras de bienvenida a este magno evento, estuvieron a cargo del Dr. Hugo Guerra Arteaga, Director Ejecutivo de Cátedra Perú, quien sostuvo que el tema que hoy convoca la Cátedra es muy sugestivo, pues implica debatir en torno al significado de las reformas políticas en curso, a solo dos años de cumplirse el Bicentenario de la Independencia Nacional.
“Para intentar entender el reto de cómo se quiere modelar el futuro de la democracia en nuestra nación, a partir de nuevas formas en la administración del Poder Judicial y en el funcionamiento del sistema político, creo que es necesario partir de una breve reflexión sobre la esencia misma de nuestra República”.
En ese recorrido histórico de la construcción de la República del Perú, sostuvo que ésta se dio finalmente con la instalación del Primer Congreso Constituyente del Perú, el 20 de setiembre de 1822, presidido por el clérigo Francisco Xavier de Luna Pizarro.
“A decir de muchos historiadores, al final se impuso la República muy a contrapelo de la realidad objetiva del pueblo y del sistema económico. Nunca hubo, por ejemplo, un cambio fundamental en la administración del antiguo estado colonial, no se formó una burguesía pujante que diera sustento material al proyecto republicano, y el feudalismo determinó la larga historia de gobiernos débiles, militarismo, guerras civiles e incertidumbre sobre el futuro nacional”.
En ese sentido, hoy en la actualidad, hay dos reformas medulares que están bajo tensa discusión: la reforma judicial y la reforma del sistema político y lo cual es tema central de Cátedra Perú.
“Sobre la primera solo anotaré que hasta hoy el Poder Judicial sigue en el limbo, porque, desaparecido el Consejo Nacional de la Magistratura, no se ha podido consolidar la propuesta de una Junta Nacional de Justicia hecha por un grupo de “notables” convocados por el Ejecutivo. Y frente a ello ya han tomado distancia los presidentes del Poder Judicial, el Tribunal Constitucional y la defensoría del Pueblo”.
Sobre, la reforma del sistema político, acotó que la tensión entre el Gobierno central y el Parlamento se debe a que el Presidente de la República, basado en una Comisión de “notables”, ha planteado 12 proyectos que, tras un atípico voto de confianza, deberían ser aprobados por el Congreso antes del 25 de julio.
“Solo quisiera concluir esta introducción con una última pregunta que traslado a los señores expositores: el maestro Enrique Bernales, ex profesor de nuestra universidad, advirtió que una reforma como la planteada por el gobierno actual no podía basarse en la democracia plebiscitaria vía el referéndum, y dijo que se necesitaría modificar la Carta de 1993 en por lo menos 87 artículos, bajo riesgo de quedarnos con una “Constitución Frankenstein”. ¿Más allá de las tensiones políticas circunstanciales, se mantiene ese riesgo? En suma, ¿hacia dónde vamos como República a solo dos años de cumplirse el Bicentenario?”, finalizó el Director Ejecutivo de Cátedra Perú, dando inicio a la intervención de los panelistas.
Para el Dr. Natale Amprimo Pla, ex congresista y abogado es claro que las actuales propuestas de reforma constitucional son medidas que no van a resolver los asuntos más trascendentes del país.
Recordando el prólogo que escribió para el libro: “La República incompleta, el desafío de construir un nuevo orden político” del periodista Juan Paredes Castro, el panelista afirmó que el sistema político peruano ha llegado a un punto crítico en el cual ya no es posible continuar con el orden vigente. Necesita ser refundado, porque el que heredó del imperio español y de la independencia, y que ha funcionado hasta hoy, constituye una estructura obsoleta.
“Nuestro mal congénito es la inestabilidad política, que se ha visto plasmada y que es recurrente en toda nuestra historia. La consecuencia de esta inestabilidad política que hemos tenido los peruanos se ve en el diverso número de Constituciones que tuvimos en el Perú”.
Una reforma de verdad en el Perú, indica el Dr. Natale Amprimo, no es la emprendida y promovida por el gobierno, el Perú requiere una reforma mucho más profunda que lamentablemente no se aborda.
“Lo que tenemos que hacer es profundizar bien en nuestra historia, es observar que los cambios que el Perú requiere no son cambios cosméticos, sino cambios más profundos. Tenemos que formalizar la política, no podemos permitir, por ejemplo, que las cabezas de los partidos políticos estén fuera del Congreso”.
“Los cambios que el Perú requiere son cambios de muy largo aliento y lamentablemente lo que estamos discutiendo son cosas cosméticas que van a generar una nueva desilusión en los ciudadanos. Los peruanos deberíamos reflexionar que hemos disfrutado de un tercio de años de democracia y que en cambio hemos tenido dos tercios plagados de dictaduras y autocracia; pseudodemocracias o democracias de fachada”, finalizó su intervención.
En esa misma línea, el Dr. Martín Santiváñez Vivanco, Decano de la Facultad de Derecho de la Universidad San Ignacio de Loyola, afirmó que el gobierno no está planteando una reforma política, sino una revolución que tiene un objetico político concreto: cambiar una élite dirigente por otra clase dirigente.
“Este es el gran objetivo político de la reforma política. Es un cambio de esencia institucional, para eso quieren cambiar el sistema electoral, la conformación de los partidos políticos y entrometerse en la libertad de los ciudadanos”.
Ante la llegada del Bicentenario, el Dr. Santiváñez aseguró que estamos rumbo a un Bicentenario de odio, polarización y división nacional y no al de la unidad, regeneración, vertebración.
“El camino al Bicentenario está totalmente bajo una ideología rupturista, pero no podemos desanimarnos, tenemos que confiar en las fuerzas de las nuevas generaciones, en la valentía de las personas que llama a las cosas por su nombre y recuperar la democracia peruana sin miedo”.
Finalmente, a manera de reflexión, indicó que las transformaciones son carreras de largo aliento, por ejemplo Suecia tardó 40 años para lograr su reforma, lo mismo que la ciudad de Hong Kong, sociedad que demoró 12 años para lograr su transformación y colocarse en el top ten de las sociedades más transparentes del planeta.
"La prisa es propia de autoritarismos; la transformación lenta e institucional es propia de las democracias y esto es más beneficioso de cara al bicentenario, que finalmente es la fiesta para la siguiente generación”, concluyó.
Para alcanzar una reforma política que satisfaga a todos los peruanos y a las instituciones gubernamentales, el Decano de la Facultad de Derecho de la USMP, Ernesto Álvarez Miranda, sostuvo que, desde un principio, el Perú debió ser dirigido por un régimen parlamentario, lo que difícilmente se pueda lograr hoy día, ya que el congreso y los parlamentarios están muy desprestigiados: “Sería absurdo ahora darle todo el poder al Parlamento”, manifestó
En ese sentido, nace la disyuntiva: por qué no tenemos una democracia madura, por qué seguimos siendo amantes del virreinato, del Inca, de la mano dura: “Estamos esperando la disposición que nos organice, porque no tenemos confianza en la autonomía de la voluntad de cada uno de nosotros”.
No funciona la democracia en el Perú, manifestó el Decano de Derecho, porque en principio nuestro derecho es vertical y proviene del poder y segundo porque nuestros genes vienen de sociedades pre incas de gobernantes incas absolutos y ese absolutismo fue ratificado por los virreyes españoles.
Finalmente, el Decano sostuvo que si se aplica la reforma, el Perú va a seguir siendo lo que es: “lo que tenemos que hacer es proteger la Constitución”.
Por último, el Dr. Ángel Delgado Silva, abogado constitucionalista, lamentó que todos los que se atreven a discrepar con la reforma política sean catalogados como corruptos y que los medios de comunicación se han encargado de reforzar esta idea.
“Con esta reforma política se quiere transformar las estructuras políticas del Estado y se está atentando contra la constitución histórica del país. Estas medidas son reformas particulares de grupos radicalizados e ideologizados que quieren imponer sus ideas a nuestra sociedad”.
Respecto a las medidas que ha venido usando el gobierno contra el Congreso, el Dr. Ángel Delgado, sostuvo que han hecho una interpretación totalmente antojadiza de lo que es la cuestión de confianza, que está siendo usado como un mecanismo perverso para presionar.
En ese sentido a través de la reforma política, en primer lugar, se plantea un desequilibrio de poderes contra la tradición que apuesta por el balance de poderes. En segundo lugar, estas medidas buscan imponérseles a los partidos políticos, al señalarles cómo deben designar sus candidatos; en qué forma y proporciones. Y por último en tercer lugar se afecta la constitución histórica del Perú cuando se elimina el principio constitucional de que la culpa tiene que ser demostrada judicialmente y en última instancia, por mecanismos que les abre paso para fiscales a tomar medidas radicales.
“No estamos en absoluto ante ninguna reforma política, estamos ante la imposición descarada y misteriosa de la transformación de las estructuras políticas, que afectan aspectos esenciales de nuestra constitución histórica, reformas que tienen que ser catalogadas de autoritarias”, concluyó el abogado constitucionalista.
Santa Anita, 5 de agosto de 2019
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